Destete ¿Cuando hacerlo? + Técnicas para lograrlo
Es un tema bastante controversial, porque aunque no deberían, siempre hay personas que opinan sobre lactancias ajenas. Y lo triste del asunto, es que lo hacen desde la ignorancia. Que padre sería escuchar frases como:
"Que bueno que das leche materna, es lo mejor para tu bebé ",
"En los primeros 6 meses el único alimento que necesita es la leche materna" ó
"Felicidades por seguir lactando a tu hijo de 2 años, lo ideal es continuar hasta que él te lo pida";
Pero no, las frases que en realidad escuchamos son:
"¿Todavía le das pecho?",
"Tú leche ya no lo llena" ó
"Vas a batallar para quitarle el pecho porque ya te agarró de chupón" y un sin fin de cosas más.
Cada quien habla basado en sus experiencias y costumbres, sin embargo, cuando las mamás no están informadas acerca del tema, estos comentarios pueden terminar con su lactancia.
Por eso la importancia de leer, documentarse, estar en constante aprendizaje y rodearse de médicos actualizados (y lamentablemente tengo que decir actualizados, porque muchas veces son los mismos médicos que terminan con la lactancia materna por excusas sin fundamento científico).
¡Es momento de volver a normalizar la Lactancia Materna!
¿Cuándo se debe destetar?
No hay una edad específica, la OMS recomienda Lactancia Materna Exclusiva los primeros seis meses de vida y complementarla con alimentos hasta los 2 años.
La lactancia debe terminar cuando la madre o el niño así lo decidan.
Hay que aceptar la decisión de la madre sean cuales sean sus razones. Amamantar es cosa de dos y si uno no quiere seguir está en su derecho también. La lactancia materna no debería ser nunca un sacrificio.
La edad en que ocurre el destete por completo, es decir, que el niño abandona definitivamente la leche materna, es variable y está influido por factores muy diversos, tanto biológicos como sociales y culturales.
Hoy sabemos que no existen razones científicas por las que se deba recomendar dejar la leche materna a una determinada edad.
Cualquier recomendación sobre una edad óptima de destete está basada en opiniones personales, teorías no contrastadas empíricamente o simples prejuicios.
La duración de la lactancia materna es una decisión libre de cada madre y de cada hijo, salvo que se produzca una situación de emergencia que fuerce a finalizar el amamantamiento.
Se debe tener en cuenta que el destete no solo es un cambio en la dieta del niño, sino que es un asunto muy serio con gran repercusión emocional para él y para su madre. El niño puede experimentar sentimientos de frustración y de abandono, al no entender por qué su madre le niega algo tan importante para él; la madre, a su vez, puede experimentar sentimientos de pérdida y de tristeza por haber tenido que cambiar esta forma de relación íntima con su hijo.
Es por esto que las recomendaciones arbitrarias sobre la limitación de la lactancia materna, que no tienen en cuenta los deseos de la madre y de su hijo, son simplemente inaceptables.
La lactancia debe terminar cuando la madre o el niño así lo decidan.
"El destete es un asunto con gran repercusión emocional para el niño y para su madre, puede generar sentimientos de frustración y abandono".
Destete forzoso
En algunas ocasiones el destete se hace inevitable por causas médicas u otras (enfermedad grave de la madre o el niño, accidente, situación de emergencia, separación prolongada, etc).
Cuando el destete ha de ser impuesto, por un motivo totalmente justificado, antes de que la madre o el niño estén preparados para ello, ambos necesitarán apoyo y comprensión.
De todas formas, antes de tomar esa decisión, sería de gran importancia buscar información sobre la necesidad de ese destete, ya que con demasiada frecuencia se tiende a terminar con lactancias sin una justificación científica real.
Es importante saber que los medicamentos incompatibles con la lactancia son muy pocos y las enfermedades que contraindican la lactancia son aún menos.
Destete voluntario
El destete puede ocurrir a iniciativa de la madre o del niño. En situaciones ideales sería deseable que el destete se produjera de mutuo acuerdo y fuera un proceso tan satisfactorio y enriquecedor como la lactancia, pero esto no siempre sucede.
La decisión sobre el momento del destete puede tener grandes variaciones de una madre a otra y también de un niño a otro.
En ocasiones la madre puede sentir deseos de poner fin a la lactancia antes que su hijo esté preparado para aceptarlo. Otras veces quien decide ponerle fin puede ser el niño a pesar de que su madre no tuviera ningún inconveniente en continuar.
Sea cual sea el momento en que uno de los integrantes de la pareja lactante desea ponerle fin, o sean cuales sean los motivos, es importante recordar que se trata de una opción personal y que todas son respetables.
Destete a iniciativa del niño
Si el destete sucede a iniciativa del niño va a ser él quien marque la pauta.
Algunos niños simplemente un buen día deciden que no quieren mamar más.
Otros lo hacen más despacio, paulatinamente se van desinteresando por la lactancia materna, reduciendo la demanda hasta que ésta cesa por completo. Hay niños que primero maman solo una vez al día, luego una vez cada varios días, hasta que simplemente dejan de pedir.
Un nuevo embarazo puede tener un papel en el destete del hijo anterior. Debido a los cambios de la leche durante el embarazo (menor volumen, distinto sabor) muchos niños se destetan solos en esta época. Otros prefieren seguir mamando, y continuar haciéndolo tras el nacimiento del nuevo hermano. A esta situación de dos niños de diferentes edades mamando a un mismo tiempo se la ha llamado “lactancia en tándem”.
Destete a iniciativa de la madre
Una madre puede tener diversas razones para desear finalizar la lactancia materna; desde razones médicas, emocionales, presiones familiares, sociales, etc.
El momento en que una madre empieza a desear el cese de su lactancia es también muy variable. A algunas les puede suceder a los pocos días o meses, a otras al cabo de varios años.
En cualquier caso, de ser posible, siempre es preferible un destete gradual a un destete brusco.
Técnicas para realizar un destete gradual y respetuoso
No ofrecer, no negar.
Consiste en no ofrecer el pecho al niño, pero tampoco negarlo cuando lo pide. No hay un tiempo garantizado en el que realice el destete con esta técnica. Sin embargo es la menos dolorosa para el niño.
Distraer.
Se trata de identificar los momentos, lugares y circunstancias en los que el niño suele pedir el pecho, y anticipar alternativas al amamantamiento, para que el niño dirija su atención hacia algo nuevo y atractivo en vez de hacia la pérdida de algo entrañable como mamar.
Sustituir.
Se ofrece comida o bebida al niño para evitar que pida el pecho por hambre. No se trata de sobornarlo con dulces para que deje el pecho. Sólo funcionará cuando el niño tenga hambre. Hay que tener en cuenta que los niños también maman por afecto hacia su madre, para sentir su cercanía, por consuelo si están cansados, frustrados o con miedo.
"Los niños también maman por afecto hacia su madre, para sentir su cercanía, por consuelo si están cansados, frustrados o con miedo"
Aplazar.
Cuando un niño ya nos entiende, se puede negociar el demorar una toma. El niño debe ser lo bastante maduro para aceptar la espera. Se le puede ofrecer algo que le mantenga contento mientras tanto.
Aplazar no es igual a abandonar, el destete por abandono, es decir que la madre se separe del niño por unos días, no es recomendable, ya que el niño no solo se ve privado bruscamente de la leche de su madre, sino también de su presencia, que es vital para su salud afectiva y emocional.
El destete natural
Algunas personas creen que si el niño no es activamente animado a destetarse, no lo hará nunca por sí mismo; sin embargo, esta idea es errónea, como lo demuestra el hecho de que en sociedades en que se permite al niño mamar tanto tiempo como quiera, acaba por destetarse él solo.
En la mayoría de sociedades humanas el destete suele ocurrir pasados los 2 o 3 años de edad; en nuestra cultura ocurría así hasta hace poco más de un siglo.
Los acontecimientos que han condicionado en nuestro medio el rechazo cultural hacia la lactancia más allá del primer año son complejos, pero no dejan de ser cuestiones culturales, que no tienen que ver con las necesidades biológicas o psicológicas del niño.
Está muy extendida la creencia de que a partir de una cierta edad la leche materna no alimenta, que el niño mayor que mama es por vicio, o que prolongar la lactancia afecta negativamente el desarrollo psicológico del niño.
Estas creencias han llegado a calar profundamente en la mayoría de las personas, incluyendo médicos, psicólogos y pedagogos.
Esta presión cultural en contra es el principal inconveniente de la que se ha denominado “lactancia prolongada”; en algunos países, como Estados Unidos, es algo tan inusual, que algunos han llegado a verla como una perversión.
Existen casos de madres acusadas de abusos contra sus hijos.
De hecho, el estigma social de continuar amamantando a un niño que ya camina o que va a la escuela fuerza incluso a madres seguras de sí mismas a hacerlo en la clandestinidad; los que más han dañado la lactancia prolongada han sido los profesionales de la salud, dando información sin base científica real, a la vez que han desalentando a las madres que han querido prolongar la lactancia.
Cada especie de mamíferos tiene una edad en la que el destete ocurre de forma natural, que probablemente esté condicionada genéticamente, aunque en nuestra especie es difícil deslindar lo cultural de lo biológico.
¿Qué NO hacer?
Si la madre no quiere o puede hacer un destete paulatino y desea interrumpir la lactancia lo más rápido posible, en todas las culturas y épocas se encuentran testimonios de estrategias variadas.
Poner tiritas en los pezones y decirle al niño que las tetas están enfermas, untar los pezones con cremas con un color, olor o sabor que resulte desagradable para el bebé, etc., son las más habituales.
Por ejemplo, en algunos países, las madres se untan el pezón con aloe vera ya que parece ser que su sabor no gusta a muchos niños. Estas estrategias no son recomendadas por que al realizar un destete forzoso pueden generar ingurgitación mamaria (pechos hinchados, duros y doloridos) e incluso obstrucciones, mastitis y abscesos (inflamación e infección más o menos severa del pecho tras disminuir el drenaje), que no ocurrirían si se permitiese la adaptación de la mama a la disminución progresiva de la succión, como ocurre durante el destete gradual (a menor succión, menor producción, hasta que ésta cesa por completo).
Desde un punto de vista emocional el destete gradual también es más fácil para el niño.
El destete supone mucho esfuerzo, y madres que han destetado activamente a sus hijos suelen decir que no les quedaba mucho tiempo libre, ya que tenían que emplearlo en distraer a sus hijos de otro modo.
Los niños que son destetados antes de superar su necesidad de mamar pueden empezar a chuparse el dedo o incluso a usar chupón si se le ofrece, siendo sustitutos del amamantamiento que pueden proporcionar cierto consuelo a un niño frustrado por el destete.
La noche puede ser un momento especialmente difícil para un pequeño que espera mamar y no puede entender la ausencia de su madre; a esa hora pocos de la familia van a estar especialmente racionales y pacientes; el padre puede hacer que el proceso nocturno sea mejor tolerado, proporcionando los cuidados nocturnos al pequeño.
Hay que aceptar la protestas del niño si llega el caso, tiene derecho a quejarse si le quitan algo que era importante para él. Ofrecerle apoyo y consuelo facilitará que al final lo asuma.
Cambios en la leche durante el destete
Existe la creencia popular de que a una determinada edad del niño la leche materna pierde sus propiedades nutritivas. Esto no sólo no es así, sino que no existe ningún alimento que aisladamente supere el valor nutritivo de la leche. La pueden superar en algún nutriente en concreto (por ejemplo, el hígado la supera en hierro, la papaya en vitamina C y la carne de buey en proteínas) pero no en todos a la vez; de manera que la leche materna sigue siendo el alimento más nutritivo de cuantos pueda tomar un niño, aunque tenga tres o cuatro años.
Existen algunos estudios que evalúan los cambios en la composición de la leche materna durante el proceso del destete, en ellos se demuestra que el volumen de leche disminuye en proporción a la cantidad de otros alimentos que tome el niño (a menor hambre, menor succión y menor producción de leche). La concentración de proteínas aumenta hasta el 142% del basal, los lípidos mantienen su concentración, el hierro aumenta hasta el 172%, el calcio permanece constante y el zinc disminuye hasta el 58%.
Los factores inmunitarios se mantienen durante el destete gradual. Hay que decir que estos estudios se hicieron en niños que fueron destetados por causa del propio estudio, a la edad de 7 meses, y que el destete duró 3 meses, pero no dice nada de lo que puede ocurrir durante el destete natural, que puede tardar varios años.
Falso destete
A lo largo del primer año de vida pueden existir momentos en los que el niño muestra un menor interés por la lactancia, como consecuencia de su propio desarrollo (por ejemplo, alrededor de los 9 meses). Esto no debe ser confundido con el verdadero destete. Más bien es consecuencia del creciente interés del niño por su entorno, que le hace distraerse fácilmente del pecho. En un ambiente tranquilo, con luz tenue, con un menor nivel de estimulación, el niño mamará cuanto necesite, recuperando “el tiempo perdido”.
Si pensamos que la leche es un alimento de gran importancia en la dieta del niño, al menos durante sus dos primeros años de vida, no es razonable pensar que ya no le hace falta la leche de su madre pero sí en cambio otro tipo de leche.
La naturaleza no tiene previsto que una cría tome leche de una especie distinta a la suya.
En cualquier caso, si una madre no desea prolongar la lactancia hasta que el niño decida dejarlo, tal vez le sea más fácil destetarlo entre la edad de los 9 y 14 meses. Sin embargo la decisión de la madre de destetar puede no ser firme a esa edad, por lo que no se debería alentar a la madre a que lo haga con el fin de evitarle supuestas futuras molestias que tal vez no se presenten nunca.
Huelga de lactancia
A veces ocurre que un niño de repente se niega a mamar de forma brusca. A esta conducta se ha llamado “huelga de lactancia”, es autolimitada y no debe ser confundida con un verdadero destete.
Las causas de esta situación pueden ser muy variadas y a veces una madre tendrá que investigar que ha ocurrido en su caso. Si se identifica el motivo y se evita, la lactancia continuará.
A veces puede ser necesario más esfuerzo, especialmente si el motivo no ha sido identificado o no es evitable.
Puede ser útil ofrecer el pecho en un lugar relajado, a media luz, sin distracciones o cuando el niño está medio dormido. Suele ser contraproducente intentar rendir al niño por hambre. Mientras se reinicia el amamantamiento la madre puede extraerse la leche, que le puede ser ofrecida al niño con vaso o cuchara.
Gracias por leerme y ser parte de una #MaternidadResponsable
Referencia:
albA Lactancia Materna. Tema 4 El destete. Revisado: Mayo 9, 2019. http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-4-cuando-los-ninos-crecen/el-destete/
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