Control de esfínteres ¿A que edad dejar el pañal? + ENURESIS
La adquisición del control voluntario de la micción es un fenómeno COMPLEJO que requiere la MADURACIÓN del Sistema Nervioso Central.
La continencia urinaria comprende una serie de habilidades que se adquieren secuencialmente:
1. Conciencia de la necesidad de orinar.
2. Inicio voluntario de la micción y retraso de la misma.
3. Inhibición de la micción automática durante el sueño.
Un niño PODRÁ CONTROLAR EL ACTO DE MICCIÓN de la orina, o de defecación de heces, CUANDO SU ORGANISMO puede hacerlo; es decir, cuando HA MADURADO.
Si su sistema no está preparado para hacer algo, por mucho que queramos que El Niño las realice NO podrá.
Pero, si su organismo está preparado para controlar a voluntad, se debe someter a un aprendizaje del control de esfínteres que le llevará a la obtención de hábitos.
¿De que se trata el control de esfínteres?
Se trata de que el niño aprenda a controlar a voluntad a abrir o cerrar una serie de músculos.
El hecho de iniciar el aprendizaje del control de esfínteres es una “presión” necesaria que el niño recibe de su entorno.
Pero ¡NUNCA hay que obligar al niño a hacer algo que no puede!
La máxima seguridad de maduración la encontramos a los dos años, sin embargo muchos niños pueden controlar la orina y las heces después de los doce meses.
No existe una edad a la que se deba quitar el pañal, debemos tener en cuenta la madurez del niño.
No es tanto una cuestión de edad sino de madurez.
El sistema nervioso debe estar maduro para que el pañal sea quitado, pero si actuamos convenientemente en el tiempo, lo que hacemos es estimular las funciones cerebrales, por lo que el niño ejercitará más y mejor su sistema nervioso.
Entre los 12 y los 18 meses, el niño comienza a tomar conciencia de su necesidad de orinar al reconocer las señales de distensión y de llenado procedentes de su vejiga. Este avance se produce como consecuencia de la maduración del sistema nervioso. En este momento puede ser que el niño empiece a hacer alusiones a la pipí, por ejemplo, adopta ciertas posturas como las piernas en tijera, pone caras, gestos, muecas, muestra molestas ante el pañal y la pipí o la popo que hay en él, se le quita el pañal y lo tiene seco (en la siesta), indica necesidad de ir al baño con ademanes o muecas.
A los 3 años la mayoría de los niños ya han aprendido a contraer los músculos pélvicos, son capaces de inhibir el vaciado y retener la orina durante cierto tiempo cuando su vejiga está llena, y de iniciar voluntariamente la micción.
En esta etapa la capacidad de la vejiga aumenta progresivamente.
El control inhibitorio diurno se transfiere a las horas de sueño. Los centros corticales detectan las contracciones del detrusor e inhiben la relajación del esfínter.
La menor producción de orina durante la noche y el hecho de que la vejiga pueda almacenar una mayor cantidad de orina sin que se produzca las contracciones de micción hace posible el control nocturno de la pipí.
Si la presión vesical excede los niveles de ajuste del músculo detrusor, las sensaciones de llenado despertarán al niño antes de que se dispare el reflejo de micción.
Hasta que todas estas capacidades se estabilicen lo más frecuente es que ocurran varios “accidentes” y el niño se haga pipí.
¿Cuáles son las consecuencias de hacerse pipí?
•Recibir regaños de sus padres lo que hace que el niño experimente más ansiedad y sea más difícil el control voluntario.
•Darse cuenta de que el resto de los niños ya no llevan pañal o no se hacen pipí por las noches. Esto hace que se sienta diferente e inseguro y creará una imagen negativa de sí mismo.
•Restricción de actividades como ir a una guardería donde no está permitido que un niño no controle esfínteres, ir a dormir a casa de un amigo o familiar, ir a una excursión.
Todas estás consecuencias se unen a la tensión que genera en los padres y el control de la pipí se convierte en un problema familiar que puede dar lugar a un empeoramiento de las relaciones familiares, reducción de contactos positivos entre padres e hijo, baja autoestima, aislamiento, y aparición de otras conductas no deseadas: falta de interés en el colegio, timidez, problemas para relacionarse con los demás niños, falta de autonomía en otros aspectos de la vida del niño como el aseo personal, problemas con las comidas, etc.
Ayudar al niño a resolver el problema del control de la pipí mejorará la imagen que tiene de sí mismo y esto le beneficiará en el resto de las áreas.
El control vesical e intestinal suele seguir la siguiente secuencia:
1 Control de heces nocturno
2 Control de heces diurno
3 Control de la orina diurno
4 Control de la orina nocturno
¿Que factores de deben tomar en cuenta para saber cuándo enseñar al niño a ir al baño?
•No precipitar el inicio del control. El niño empieza avisando de que se ha hecho un poco después de haberlo hecho, el siguiente paso es observar cómo avisa mientras se hace encima. Este puede ser buen momento para comenzar a pensar que el niño empieza a estar preparado.
•Otros signos de su preparación es observar cómo se levanta seco de la siesta o tras la noche. El niño protesta o se tira del pañal puesto que no le gusta estar mojado. Observamos como hace muecas o pone las piernas en tijera.
¿Cómo enseñarlo a ir al baño?
•Procurar que el niño se siente en el orinal a ser posible a las mismas horas. En el caso del control de la popo es adecuado que esas horas sean detrás de las comidas puesto que los movimientos peristálticos del intestino se ven favorecidos.
•Presentarle su orinal para que sepa que es lo que se espera de él y dónde ha de hacerlo. No obligarle a que se siente.
•Aunque no llegue a tiempo al orinal o el baño le felicitaremos igual animándole a la siguiente ocasión como nueva oportunidad para conseguirlo.
•El clima de entrenamiento ha de ser relajado y agradable (palabras amistosas y afectivas, premiar los logros con alabanzas).
•No utilizar castigos o burlas para “presionar”. Utilizar el elogio ante progresos concretos como pedir hacer pipí, sentarse en el orinal, etc).
•Cuando el niño muestre habilidades como bajarse los pantalones, sentarse en el orinal, ir solo al baño, dejarle que lo haga solo y elogiar con entusiasmo sus logros.
•No etiquetar al niño diciéndole “eres un bebé”. Los regaños y los castigos no son eficaces y el niño experimentará ansiedad, inseguridad y pesimismo acerca de la solución.
•No restringir los líquidos en la noche. Este procedimiento no da resultado, al contrario, la vejiga no se habitúa a soportar cantidades de orina normales.
•Una vez conseguido el control diurno de pipí pasaremos inmediatamente al control nocturno. Los primeros días podemos levantar al niño al baño cuando los papás se vayan a acostar.
¿Qué pasa si el niño ya está grande y todavía se hace pipí?
Se llama ENURESIS a la emisión repetida de orina durante el día o la noche en la cama o en la ropa. En la mayoría de los casos suele ser involuntario, pero en ocasiones es intencionado.
Para establecer un diagnóstico de enuresis la emisión de orina debe ocurrir por lo menos dos veces por semana durante un mínimo de tres meses, o bien debe provocar malestar significativo (social, académico o de otras áreas del niño).
El niño debe haber alcanzado una edad en la que es esperable la continencia y que está establecida en los 5 años. La Enuresis puede ser solo nocturna o solo diurna, o ambas.
A los 5 años de edad la prevalencia de enuresis es del 7% en niños y del 3% en niñas.
Aunque la edad para diagnosticar un problema de Enuresis está establecida a los 5 años, sobre los 3 – 4 años el niño es habitual que consiga el control de la pipí y la popo. Aunque el niño no haya alcanzado los 5 años puede experimentar consecuencias importantes derivadas de no controlar sus esfínteres.
La importancia de este problema dependerá de si el niño tiene más o menos edad (no es lo mismo que un niño de 2 años se le escape la pipí a que lo haga un niño de 4 años), si ocurre todas las noches o solo alguna, si ocurre desde siempre o tras el nacimiento de un hermano. En cualquier caso el no controlar los esfínteres puede tener consecuencias importantes en la vida del niño y vale la pena tratar de resolverlas.
Causas de la Enuresis
No hay una sola causa que explique todos los casos de enuresis infantil. Para encontrarla debemos recurrir a explicaciones biológicas (de transmisión genética, capacidad vesical, disfunción vesical, hormona antidiurética, problemas renales, lesiones en la médula espinal que se acompañan de otros síntomas bien evidentes) y causas psicosociales. Entre estas últimas están:
•Experiencias de aprendizaje inadecuadas, por un aprendizaje demasiado acelerado o demasiado laxo. Exigir demasiado pronto antes de que el niño esté preparado el control de esfínteres hace que el niño asocie todo lo que tiene que ver con los esfínteres a algo desagradable que trate de evitar y le genere ansiedad. Los padres reaccionan presionando más al niño que puede producir en él ansiedad que retrase el control de la micción e incluso estreñimientos.
•Utilizar métodos como el castigo o la burla para querer ejercer control sobre los niños: “No te da vergüenza mojar la cama a tu edad. ¡Mira a tus amigos como ya no se hacen pipí”
•Estrés psicosocial del niño como el nacimiento de un hermano, ser hospitalizado, una separación de los progenitores, el fallecimiento de un familiar.
•No considerar los pequeños pasos que el niño van dando, por considerar que es normal lo que ha de ir consiguiendo.
A veces la falta de control de esfínteres se dan junto con una serie general de falta de autonomía. Son niños a los que sus padres aún les asean, les visten, les dan de comer, les dictan todas y cada una de las cosas que tienen que hacer.
En otros casos las familias se “despreocupan” del problema puesto que es el tiempo el que terminará por hacer que el niño deje de hacerse pipí sin tener en consideración las consecuencias que el niño experimenta en su día a día, o bien consideran que es un problema hereditario y que no se puede hacer nada por cambiarlo. Piensan en general que “con el tiempo se les pasará”.
Conclusión
El control de esfínteres es un proceso madurativo del Sistema Nervioso Central y por más que quieras obligar a tu hijo a aprender a ir al baño, no podrá hacer algo para lo que no está listo.
Es importante esperar a esté listo para aprender a controlar sus esfínteres, de lo contrario vendrán problemas futuros como la Enuresis (hacerse pipí en la cama o incluso en la ropa a una edad mayor).
No estreses ni presiones a tu hijo, no lo sientes cada media hora en el baño. Él te avisará cuando esté listo, para dejar el pañal.
Gracias por leerme y ser parte de una #MaternidadResponsable
Fuente: https://psicologosoviedo.com/especialidades/psicologia-infantil/panales/
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